¿Como Empezar un encuentro para testificar?

¿Como Empezar un encuentro para testificar?


Tú nunca deberías simplemente acercarse a alguien e inmediatamente
empezar a hablar acerca de Jesús. En vez de esto, empieza con algo en
el ámbito natural y luego cambia al sobrenatural. Habla acerca del
fútbol o del clima, y luego utiliza algo de las noticias para dirigir la
conversación hacia lo espiritual. Es clave que siempre estés atento e
intencional en tus conversaciones. Si siempre mantienes el evangelismo
en tu mente, encontrarás una manera de darle vuelta a cualquier
conversación y hablar acerca de la fe.
Por ejemplo, la muerte de una persona célebre o importante siempre es
una noticia grande y por esto es una buena manera de abrir una puerta
para hablar de las cosas espirituales.
“¡Hola! ¿Cómo estás?”
“Muy bien, ¿y tú cómo estás?”
“Genial, gracias por preguntar. ¿Supiste que __________ (llena
el espacio con el nombre de la persona muerta) acaba de morir?”
“Sí, qué mal.”
“¿Te hace reflexionar un poco y pensar en lo que nos va a pasar
después de la muerte.”
“Sí, así es.”
“¿Qué crees que te va a pasar a ti después de la muerte?”
¡Bingo! Ya estás ahí. Usa cualquier noticia o simplemente dile algo que
aprendiste en la iglesia esta semana. Esto te llevará directamente a un
encuentro para testificar.
O puedes también intentarlo con esto.
“Hola, ¿qué tal? Qué día más bonito, ¿verdad? Lástima,
porque parece que voy a estar pasando todo el día bajo techo.
Tengo una reunión en la iglesia esta noche y no puedo faltar.
¿Asiste tú a alguna iglesia?”
Tal vez puedas preguntar:
“¿Piensas tú en las cosas espirituales? ¿A dónde crees que vas a
ir después de la muerte?”

La gran mayoría dirá:

“Yo creo que voy a ir directamente al cielo.”
“¿Por qué?”
“Porque yo soy bastante bueno... pues, no soy tan malo para ir al
otro lugar.”
Es así de sencillo, honestamente. Empieza una conversación. Está
atento e intencional para darle vuelta a la conversación y hablar de las
cosas espirituales.
Ahora que estás ahí, tienes que recordar estas cinco preguntas en orden,
¿okay? Y yo tengo que confesarte que la primera pregunta y la segunda
son las más difíciles de hacer. No hay una manera de evitarlo. Te va a
ser bien difícil hacerle a la persona estas preguntas, pero tienes que
hacerlo. Mantén en mente que yo he hecho estas preguntas a miles de
personas y hasta la fecha nadie me ha pegado en la nariz, ni nadie se ha
ofendido. Yo te prometo que una vez que hagas estas dos primeras
preguntas, estarás a salvo. Te lo prometo.
¿Listo? Ora a Dios, pídele que te dé valor y haz la primera pregunta...

PREGUNTA #1:

¿TE CONSIDERAS UNA BUENA PERSONA?

Esto revelará si la persona es soberbia o humilde (recuerda nuestro

principio). Si dice que no (lo que es muy poco probable), examínala
para saber qué quiere decir con eso. Es muy posible que sólo esté
jugando o que se sienta mal por haber hecho algo malo que desilusionó
a otra persona (pero no a Dios). A menos que diga “He pecado contra
Dios” (Salmo 51), no es humilde. Muchos tienen remordimientos por
errores que han cometido y están sufriendo las consecuencias, pero no
se han arrepentido delante de Dios.
Puedes esperar que la mayoría te diga: “Soy una muy buena persona”.
Eso es el orgullo, la soberbia y la auto-justificación revelándose. Ahora
estás listo para usar la Ley para hacerla humilde. Así que, sigue con la
segunda pregunta.

PREGUNTA #2:

¿CREES QUE HAS GUARDADO LOS DIEZ
MANDAMIENTOS?

Algunos dirán que sí y otros que no. Cualquiera que sea la respuesta, tú

debes decirle a la persona: “Consideremos algunos de ellos y veamos.
¿Alguna vez has mentido?”
Algunos dirán que sí, que han mentido. Otros tratarán de justificarse a
sí mismos diciendo que sólo eran “mentiritas blancas”. Aun otros
tratarán de negarlo totalmente. En el ultimo caso, amablemente
presiona: “¿Quieres decir que nunca has dicho una mentira para
engañarle a nadie… en toda tu vida?” Quizá te dirá: “Bueno, tal vez
cuando era niño”.
Bueno, a Dios no se le olvidan los pecados de nuestro pasado y también
la Biblia dice que, “...todos los mentirosos tendrán su parte en el lago
que arde con fuego y azufre...” (Apoc 21.8).
Nota: La gente no se enoja sino que se pone sobria. Puede ser que te
diga, “Yo no creo en la Biblia”. En este caso, dile, “Yo sé que no la
crees”, y sigue testificándole. (¡Por supuesto no cree en la Biblia; es por
esto que tú estás testificándole!) Si discute (y puede ser que lo haga)
acerca de la Biblia, simplemente dile, “Yo sé que no la crees. Sólo
estoy compartiendo contigo lo que la Biblia dice, ¿okay? Sigamos”.
Ahora, quieres seguir llevando a la persona por cuantos mandamientos
que puedas. A mí me gusta usar todos los mandamientos que pueda.
(Nota: El tercer mandamiento casi siempre afecta a la gente.) Aquí está
como yo llevo a una persona a través de cada uno de los Diez
Mandamientos.
El Mandamiento #1: “¿Siempre has puesto a Dios primero en tu
vida?” (Probablemente te dirá que no. Si la persona trata de burlarte,
simplemente sé directo con ella y no se lo permitas.) Yo explico este
mandamiento así: “Dios dice que Él debería ser el principal amor de tu
vida. De hecho, Jesús dijo que nuestro amor para con Dios debería ser
tan grande que nuestro amor por nuestros padres, hijos, amigos e
incluso nuestras propias vidas debería parecer como odio en
comparación con nuestro amor para con Dios”. Alguien podría decirte,

“No creo en Jesús”. Tu puedes sólo responderles, “Lo sé, sólo te estoy

diciendo lo que Él dijo”.
El Mandamiento #2: “¿Alguna vez te has hecho una imagen?”
(Probablemente te dirá que no.) Se lo explico así: “Bueno, ¿has
proseguido al dinero más que a Dios? Entonces has hecho del dinero un
ídolo. ¿Le has prestado más atención a tu carrera que a Dios? Entonces
tu trabajo es un ídolo. Quizás hayas hecho un dios con el cual estás
cómodo, ya sea con tus manos o con tu mente. Si tú dices, ‘Mi dios es
un dios de amor y nunca enviaría a nadie al infierno. Tienes razón. Tu
dios no enviaría a nadie al infierno porque no puede—tu dios no existe.
Él es un producto de tu imaginación y eso se llama idolatría. Es el
pecado más antiguo en la Biblia y Dios advierte que los idólatras “no
heredarán el reino de Dios” (1Corintios 6.9).
El Mandamiento #3: “¿Alguna vez has tomado el nombre de Dios en
vano?” (Recuerda, algunos tratarán de burlarte, simplemente presiona
un poco: “¿Quieres decir que nunca has usado Su nombre para expresar
enojo o angustia?”) Una vez que confiese que ha tomado el nombre de
Dios en vano, dile: “Entonces, en vez de usar otra palabra de maldición
para expresar disgusto, has tomado el nombre de Aquel que te dio vida,
aliento y todo lo que es preciado para ti, y lo has tirado al lodo.
¡Imagina! La gente ni siquiera usa el nombre de Hitler ni el de Sadam
Hussein para jurar y, ¿tú usas el nombre del Dios Todopoderoso así?
Eso se llama blasfemia y Dios promete que ‘no dará por inocente al que
tomare Su nombre en vano’ (Exod 20.7)”.
Nota: En este momento, deberías empezar a observar algo. La persona
puede empezar a callarse (cierra su boca ante la Ley, Romanos 3.19) o
quizá se empiece a agitar. Fíjate en su lenguaje corporal. A menudo, en
este momento las personas revelan cómo se sienten; puede ser que
tiemblan o que sus ojos se ven húmedos. Eso es bueno. Continúa con
los mandamientos. Si alguien se pone muy “bocón” y te falta el respeto,
usa todos los mandamientos que puedas para cerrar su boca con la Ley.
El Mandamiento #4: “¿Has guardado el día de reposo?” Se lo
explico así: “Dios requiere un día de cada siete y has fallado en darle lo
que exige. ¿Puedo preguntarte cuántas veces has fallado en inclinar tu
cabeza antes de comer y agradecer a Dios por la comida que Él te ha

provisto? ¿Cuántas miles de veces has simplemente ingerido la comida

sin agradecer al Proveedor?”
El Mandamiento #5: “¿Has tratado siempre a tus padres de una
manera agradable a Dios?” La explicación: “Dios no olvida los
pecados de nuestra juventud. La Biblia dice que la rebeldía es como el
pecado de la brujería (1 Samuel 15.23)”.
El Mandamiento #6: “¿Alguna vez has matado a alguien?” (Con
alivio, normalmente la persona dice que no.) “Es bueno saberlo pero,
¿alguna vez has llamado a alguien ‘tonto’, ‘estúpido’ o ‘infeliz’? La
Biblia dice que si te enojas contra alguien (si lo aborreces) sin causa,
has cometido homicidio en tu corazón (Mateo 5.22; 1Juan 3.15). Esto
es porque Dios no simplemente juzga nuestras acciones sino también
nuestros pensamientos”.
El Mandamiento #7: “¿Alguna vez has cometido adulterio?” (Otra
vez, la mayoría negará haber hecho esto.) Le explico este mandamiento
de esta manera: “¿Alguna vez has mirado a alguien con lujuria en tu
corazón—con deseo sexual? Jesús dijo que si miras a otra persona para
codiciarla, ya adulteró con ella en tu corazón (Mateo 5.28). Jesús no
sólo juzga las acciones, sino que también nos juzga los pensamientos”.
El Mandamiento #8: “¿Alguna vez has robado algo?” (Muchos dirán
que no.) Sigo explicándoselo: “¿Te has llevado algo—lo que sea, sin
importar su valor—que no era el tuyo? Sé honesto delante de Dios.” (Si
dice, “Sí, cuando era niño”, recuérdale que Dios no olvida los pecados
de nuestra niñez ni los de nuestra juventud.) “Así que, Dios te ve como
un ladrón.”
El Mandamiento #9: “¿Alguna vez has mentido?” Ya hemos visto
este mandamiento anteriormente.
El Mandamiento #10: “¿Alguna vez has deseado/codiciado algo que
no te pertenecía?” (Al llegar aquí, la Ley probablemente ya ha hecho
su obra de cerrarle la boca a la persona, entonces no tendrás que pasar
mucho tiempo explicándole este mandamiento.) Yo le diría algo así:
“Esta es la última moneda del cofre… ¿Quién no ha deseado algo de
otra persona?”

PREGUNTA #3:

¿SERÁS HALLADO INOCENTE O CULPABLE?

Digo algo así: “La Biblia dice que un día de estos vas a morir y serás

juzgado por el Señor (Hebreos 9.27). En aquel tiempo, Él te juzgará por
cada pensamiento, palabra y hecho (Romanos 2). En aquel día, ¿serás
hallado inocente o culpable delante de Dios?”
Si la persona no ha empezado a dudar, incomodarse o burlarte, lo hará
ahora porque ya percibe hacia dónde quieres ir. La mayoría dirá
“inocente”, pero necesita confesar su culpa. Aquí está cómo puedes
ayudarle a alguien hacer esto.
La persona dirá algo como: “Pero, yo soy una buena persona”. Tú le
contestas: “Acabas de confesar que has violado Sus mandamientos.
¿Serás inocente o culpable?”
Muchos tienden a sostener sus propia bondad: “Pero no he hecho esas
cosas desde hace tiempo”. Contestas: “Intenta eso en una corte de
justicia. ‘Juez, sé que soy culpable pero eso fue hace años.’ A él no le
importará. Un buen juez te castigará sin importar cuánto tiempo ha
pasado. Castigan a los criminales de guerra por delitos que cometieron
hace décadas. Dios no olvida nuestros pecados y el tiempo no los
perdona. Entonces, ¿inocente o culpable?”
Si todavía proclama su inocencia, intenta esto: “Digamos que
colocamos en tu cerebro un chip de alta tecnología que graba cada uno
de tus pensamientos, palabras y hechos. Digamos que te lo grabamos
todo por un mes. Luego, llamamos a tus amigos y a tu familia, y les
proyectamos en una gran pantalla lo que ese chip grabó. Eso es
exactamente lo que Dios va a hacer con toda tu vida. Todos tus
pensamientos van a ser revelados ante Él. Estás en graves problemas.”
Ahora, si alguien está realmente molesto y retador, eso puede ser muy
bueno porque quizá sea una indicación de que la persona está asustada.
(Piénsalo así: Lanza una piedra hacia un grupo de perros y el que ladra
más duro es el que pegaste.) Lo ideal es que la persona te confiese su
culpabilidad, pero si simplemente no se rinde, en algún momento
tendrás que decirle, “Oye, estás dando vueltas sobre lo mismo, y si
escucharas la voz de tu conciencia y fueras honesto, sabrías que eres

culpable ante Dios. Además, esto es lo que la Biblia dice y si te llamas

inocente estás llamando mentiroso a Dios”.
La mayoría dirá de mala gana algo como: “Bueno, es que no creo en
Dios pero, sí, sería culpable”.
No pases a la cuarta pregunta hasta que la persona confiese su
culpabilidad (o, como en el caso peor, que tú la confiesas por ella). De
todos modos, cuando el asunto de la culpabilidad ya está establecido,
sigue con la cuarta pregunta.

PREGUNTA #4:

¿IRÁS AL CIELO O AL INFIERNO?

“Si eres culpable ante Dios, ¿debería Él mandarte al cielo o al

infierno?” Con esta pregunta, ¡que los juegos empiecen! Algunos dirán
que al infierno, pero la mayoría dirá que al cielo. Entonces, obtendrás
las mismas excusas que en el paso tres, o de repente descubrirás que la
persona conoce más de lo que ha revelado hasta ahora. La siguiente es
una típica conversación.
“Voy a ir al cielo.”
“¿De verdad? ¿Por qué?”
“Porque Dios perdona.”
“¿Y cómo funciona eso?”
(Aquí es donde las cosas pueden nublarse mucho si no estás totalmente
concentrado. Casi todos han escuchado que Dios los ama o que Dios
los perdonará, pero no tienen ninguna idea de cómo recibir ese perdón.
De nuevo, cuando estás testificando a alguien que asiste a una iglesia,
necesitas concentrarte bien, ya que son de los más duros a que vas a
testificar. Han sido inmunizados al pecado. La “gracia” que han
recibido les ha reducido su capacidad de reconocer su pecado.)
“Dios es perdonador.”
“Entonces, ¿me estás diciendo que Dios simplemente va a
permitir que cada violador, asesino, mentiroso y fornicario
entre en el cielo porque Él es perdonador?”
“Tienes que pedirle el perdón.”

“Entonces, ¿si simplemente digo ‘Lo siento’ y pido el perdón a

Dios, Él va a decir ‘Ay, no te preocupes, no me importa que me
hayas ofendido con tus pensamientos, palabras y hechos. ¿Qué
estaba Yo pensando? Disculpa. ¡Entra en el cielo!’? ¡Jamás!
Eso no funcionaría con un juez aquí en la tierra y no
funcionará con Dios. Deberías sentirlo, claro. Haz violado la
Ley de Dios y por esto la justicia tiene que ser satisfecha.”
Esta parte de la plática podría extenderse eternamente, así que en algún
momento tienes que presionar el asunto. Si la persona se continúa
resistiendo, eso es bueno porque está sintiendo la convicción de su
pecado. Sin embargo, tú tienes que obtener de ella una confesión de
que su destino es el infierno. De nuevo, si esa persona asiste a una
iglesia, dirá cosas como “Pero, ¡fui confirmado!” o “¡Ya oré la
oración!”. Si estás testificando a ese tipo de persona, puede que
necesites alguno de los métodos en la sección más adelante bajo el
título “El cristiano inmunizado”. Después, regresa a este cuarto paso y
el asunto del su destino eterno.
Cuando la persona finalmente confiese (o cuando tienes que
informarle—que debe ser el último recurso) que Dios debe mandarla al
infierno, entonces continúa.

PREGUNTA #5:

¿TE PREOCUPA QUE VAS A IR AL INFIERNO?

Tienes que hacerle esta pregunta. Esto revelará si la persona tiene

interés en oír las Buenas Nuevas del evangelio o no. Si un hombre o
una mujer no se preocupa por el hecho de que va a ir al infierno, no
tendrá ningún interés en las Buenas Nuevas. Aun más que esto, es muy
posible que se mofará de las Buenas Nuevas. Se reirá de la solución
porque no cree que tiene un problema.
Si la persona no expresa ninguna preocupación, no nos alejamos
dejándola en su condición actual. Tenemos que pasar el tiempo
necesario con ella para enseñarle acerca de la teología del infierno para
tratar de despertarla.
“¿Sabes cómo es el infierno? Es un lugar de llanto y crujir de dientes,
de sed sin fin y de dolor intolerable. No tiene ni piso ni fundamento
EL MANUAL DE TESTIFICAR
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(siempre tendrás la sensación de estar cayendo). Está sumamente
caliente y oscuro, y durará para siempre.”
Sigue explicándoselo: “Entonces, ahora sabes que eres un enemigo de
Dios en tu mente y a través de tus malas obras (Colosenses 1.21), y que
Su ira está sobre ti (Juan 3.36). La Biblia dice que “horrenda cosa es
caer en las manos del Dios vivo” (Hebreos 10.31) y que Él va a
derramar Su enojo y Su ira sobre ti. ¿No entiendes que habrá
tribulación y angustia para ti en aquel día? ¿No te preocupa esto?”
En este momento, tienes que usar mucho discernimiento. Si la persona
dice que no, que no se preocupa, presiónale: “¿De veras? ¿No tienes
miedo de Dios? ¿Tienes alguna idea de lo que estás haciendo? Te
pregunto de nuevo: ¿No te preocupa esto?” Si dice que no, pero
físicamente está llorando o temblando, si ha bajado la cabeza o si está
visiblemente más humilde que antes, puedes moverte hacia las Buenas
Nuevas. ¡Pero no antes! ¿Por qué es que este asunto es tan importante?
1. Es bíblico. Mateo 7.6 dice; “No deis lo santo a los perros, ni
echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las
pisoteen, y se vuelvan y os despedacen”. ¿Quiénes son los perros
y los cerdos? La Biblia de Estudio de Ginebra dice: “Los
enemigos soberbios y tercos del Evangelio no son dignos que se
les predique dicho Evangelio”.
El discernimiento es crucial en este momento. No debemos ser
tan prontos a tildarle a cada persona que muestra un poco de
resistencia como un “perro” o un “cerdo”. Sin embargo, hemos
de estar dispuestos a retener las cosas santas cuando la gente es
antagonista, soberbia, terca, dura, irrazonable u hostil. Recuerda,
Jesús retuvo las Buenas Nuevas al hombre principal en Lucas 18
porque quería justificarse a sí mismo.
La meta aquí es doble:
· Protegerte a ti mismo (“...no sea que... se vuelvan y os
despedacen”).
· No permitir que las perlas (en este instante se refiere a la
muerte de Jesús en la cruz) sean pisoteadas, mofadas o
escarnecidas.

Aunque es nuestro deseo predicar el Evangelio a cada persona, la

realidad es que vamos a toparnos con verdaderos enemigos de la
cruz. Ellos son escarnecedores y debes retener las maravillosas
noticias de la salvación... pero sólo después de esforzarte a
razonar con la persona acerca del pecado, de la justicia y del
juicio que está por venir. Debes estar dispuesto a dejar que una
persona se te vaya triste después de haberle hablado acerca de
qué tan razonable es el asunto de su pecado, la justicia de Dios y
juicio venidero.
2. Tiene sentido. Si el rebelde no demuestra ninguna indicación de
remordimiento o temor por haber violado las leyes del Rey, ¿por
qué querrás contarle acerca de la misericordia del Rey?
Piensa en este ejemplo. Un hombre le es infiel a su esposa y
comete adulterio. Ella se le acerca con un deseo de perdonarle,
pero su marido le dice, “No me importan para nada las
consecuencias de mis acciones. No quiero estar contigo”. ¿Será
que su esposa todavía va a querer ofrecerle el perdón? Yo no
creo que sí. Él no ha entendido ni su culpabilidad y ni su
necesidad de recibir el perdón. Así que, ofrecérselo no tendría
sentido. Además, es muy probable que él se mofaría de ella por
haberle ofrecido un trato tan benigna. ¡Imagina eso! Una esposa
inocente, benigna y clemente le ofrece el perdón, y en cambio su
marido se mofa de ella. Imagínate un Dios santo, benigno y
misericordioso ofreciendo el perdón sólo para que se mofen de Él
Es por esto que tenemos que tener mucho cuidado en este momento del
encuentro con el inconverso. Queremos hallar el buen equilibrio entre
ofrecerle la gracia al humilde y retener las Buenas Nuevas hasta que la
persona esté abierta, humilde o silenciosa.
Si la persona no te parece preocupada o si no te confiesa su
preocupación (o aun si ya está molesta o enojada), has llegado a un
punto donde tendrás que decir, “Realmente siento escuchar eso. Oraré
que entres en razón. Si piensas acerca de esto y cambias de opinión, o
si te das cuenta de que vas a ser juzgado, puedes llamarme y podremos
hablar más. O por favor busca una Biblia y lee el Evangelio Según San
Juan”.

Ahora, si la persona confiesa su temor con su boca (o aun si dice que

no está preocupada pero su comportamiento dice lo contrario), tienes el
placer glorioso de compartir con ella la Buenas Nuevas. 
¿Como Empezar un encuentro para testificar? ¿Como Empezar un encuentro para testificar? Reviewed by Fieles A Jesucristo on 11:15:00 Rating: 5
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