El Hijo de Dios: YO SOY: Juan 8:58, y 10:30-33

El Hijo de Dios: YO SOY: Juan 8:58, y 10:30-33


Jesús, en Juan 8:58 dijo: “Antes que Abraham fuese, Yo Soy”. Este, es un versículo muy importante para los trinitarios, debido a que el mismo muestra que Dios, sí se encarnó en la persona de Jesús. Nosotros sostenemos que Jesús se atribuyó a Sí mismo, el nombre divino de Dios, “Yo Soy”, que encontramos en Éxodo 3:14. Pero este solo versículo no es suficiente para probar Su deidad. Existe una combinación de otros versículos que contribuyen a la doctrina del Dios Tri-Uno. Sin embargo, hay muchos grupos no cristianos que niegan que Dios se haya encarnado en la persona de Jesús. Por lo tanto, cuando llegan a este versículo, deben tratar con este. Y la razón es simple. Si Jesús dijo, “Yo Soy”, dio una fuerte evidencia de que estaba afirmando ser Dios.
Este artículo no intentará analizar los principios de la traducción griega que ha llevado a varias biblias a traducir Juan 8:58 como, “yo he sido,” o “yo existía”, etc.  Basta decir que las traducciones más reconocidas que han realizado traducciones literales del texto, lo han hecho con, “Yo Soy”: NASB, NVI, KJV, Revised Standard Versión (RSV), etc.
La Biblia Atalaya y El Tratado de la Sociedad dicen, que la mejor traducción de Juan 8:58 es, “Antes que Abrahán llegara a existir, yo he sido”. Tenga en cuenta, que ellos no dicen, “yo soy”. Posiblemente para esta organización, insistir que la mejor traducción de Juan 8:58 es, “yo he sido” les ayuda a su propia teología. Echemos un vistazo.

“egó eimi” significa, “Yo Soy”

En griego, las palabras registradas en Juan 8:58 son, “prin Abraám gínomai egó eimi”. Literalmente dice: “antes que Abraham existiera yo soy”. “egó eimi” es, literalmente “yo soy”. Esta afirmación está en tiempo presente. Decir, “yo he sido”, es usar en esta traducción, una forma compuesta en el español, conocida como el pretérito perfecto compuesto.1 En griego, esto debería ser “aemane”; pero Jesús no usó esta conjugación. Él usó el tiempo presente, “egó eimi”, lo cual es, “yo soy”.
Sin embargo, hay lugares en el Nuevo Testamento donde el tiempo presente en griego de “egó eimi” (“yo soy”), puede ser traducido al pretérito perfecto, “yo he sido”. Veamos un ejemplo:
  • Juan 14:9: “Jesús le dijo*: ¿Tanto tiempo he estado[a] con vosotros, y todavía no me conoces, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? (La Biblia de las Américas.)
    • Footnotes:
      • [a] “eimí” primario pers. singular presente indicativo; forma prolongado de un verbo primario y defectivo (defectuoso) verbo; yo existo (usado solo cuando es enfático):- ser.
En el anterior versículo, “he estado” proviene originalmente del tiempo presente de “egó eimi.” Pero aquí, Jesús estaba respondiendo a la declaración del versículo 8: “Señor, muéstranos al Padre, y nos basta”. Es correcto decir, “¿Tanto tiempo he estado con vosotros, y todavía no me conoces…?” En este caso, la traducción del presente griego al pretérito perfecto compuesto del español es perfectamente justificable aquí, de lo contrario, no tendría sentido en español. Pero, ¿es este el caso de Juan 8:58? ¿Tiene que ser traducido como “yo he sido”? Indudablemente, no. No existe un requisito lingüístico para traducirlo como “yo he sido”, particularmente cuando observamos que los judíos querían asesinar a Jesús luego de pronunciar la frase “egó eimi”.

Dos puntos de vista

Algunos dicen que la razón por la que los judíos querían matar a Jesús cuando dijo “…antes que Abraham naciera, yo soy”, se debió, a que para los judíos, fue la última gota que rebosó una serie de cosas molestas e insultantes para ellos dichas por Jesús, previamente, en Juan 8. Otros dicen que los judíos querían asesinar a Jesús al decir, “…antes que Abraham naciera, yo soy”, porque esto era equivalente a adjudicarse el nombre de Dios para Sí mismo, tal y como está registrado en Éxodo 3:14. Y esto, era algo por lo que los judíos objetarían totalmente. Veamos los argumentos.
El primer argumento declara que Jesús había hecho enfadar a los judíos, de tal manera, por lo que había estado diciendo, que cuando finalmente afirma lo registrado en el versículo 58, fue la gota que rebasó el vaso; los judíos no lo soportaron más, trataron de asesinarlo. Pero los testigos sostienen que no era porque Jesús estaba afirmando Su divinidad, sino porque ya habían tenido suficiente.
¿Qué había estado diciendo Jesús? Repasemos la siguiente lista clave de algunas declaraciones hechas por Jesús en Juan 8:
  1. v. 8: “Yo soy la luz del mundo”.
  2. v. 18: “Yo soy el que doy testimonio de mí mismo”.
  3. v. 19: “No me conocéis a mí ni a mi Padre”.
  4. v. 23: “…yo soy de arriba…”
  5. v. 24: “…si no creéis que yo soy…”
  6. v. 26: “y yo, las cosas que oí de Él, éstas digo al mundo”.
  7. v. 28: “…sabréis que yo soy…”
  8. v. 29: “…porque yo siempre hago lo que le agrada”.
  9. v. 38: “Yo hablo lo que he visto con mi Padre…”
  10. v. 40: “Pero ahora procuráis matarme, a mí que os he dicho la verdad que oí de Dios”.
  11. v. 42: “…porque yo salí de Dios y vine de Él…”
  12. v. 51: “En verdad, en verdad os digo que si alguno guarda mi palabra, no verá jamás la muerte”.
  13. v. 54: “…es mi Padre el que me glorifica…”
  14. v. 58: “…antes que Abraham naciera, yo soy”.
La anterior lista contiene profundas declaraciones. Es perfectamente entendible que los judíos se hubiesen molestado y se sigan molestando hoy día. Pero fue la declaración de Jesús, la del versículo 58, que colmó el intento de ellos de asesinarle ¿Fue porque Jesús dijo, “Antes que Abraham fuese, yo he sido” o fue porque Jesús dijo, “Antes que Abraham fuese, Yo Soy”? ¿Cuál fue la frase que colmó el vaso y qué hizo que los judíos reaccionarán de esa forma? Es posible que cualquiera de las dos declaraciones fuese suficiente. Pero, claro está, que cualquier declaración de parte de Jesús en el uso del Nombre Divino de Dios, sería una fuerte razón y motivación para que los judíos quisieran asesinarlo.
Note además, las declaraciones en los versículos 1, 5, 11 y 14. Estas, son claras afirmaciones de Jesús en las que se exalta al mismo nivel divino. Los judíos se dieron cuenta de esto y protestaron cuando Jesús dijo, “Antes que Abraham fuese, Yo Soy.” Debido a que usó el griego “yo soy”, es más seguro que los judíos quisieran matarlo por hacerse igual a Dios. Consideremos Levítico 24:16:
  • “Y el que blasfemare el nombre de Jehová, ha de ser muerto; toda la congregación lo apedreará…”

El enlace con Juan 10:30-33

La pena capital era solo para pecados serios, tales como la blasfemia, el adulterio, etc. De lo que podemos observar en la Biblia, mencionar una existencia previa, no es blasfemia. Sin embargo, afirmar ser uno con Dios es muy diferente.
  • Juan 10:30-33: “Los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle. 32 Jesús les dijo: Os he mostrado muchas obras buenas que son del Padre. ¿Por cuál de ellas me apedreáis? 33 Los judíos le contestaron: No te apedreamos por ninguna obra buena, sino por blasfemia; y porque tú, siendo hombre, te haces Dios”.
Entre Juan 8:59, donde los judíos tomaron piedras para matar a Jesús, y Juan 10:30-33 donde vuelven a tomar piedras para matarle, no hay mención de que la lapidación se hubiera hecho efectivo. Juan 10:31 hace referencia a Juan 8:59 cuando dice, “Tomaron entonces piedras para arrojárselas…” Notemos que ellos nuevamente quisieron matarle y esta vez dan las razones del porqué. Ellos dijeron que Jesús había declarado ser Dios. Ahora, ¿de dónde sacaron esa idea? ¿Pudo ser porque dijo, “Antes que Abraham fuese, Yo soy”? ¿O pudo ser tal vez, porque Jesús dijo, “El Padre y yo somos uno”? Ya que, en ambas oportunidades quisieron, parecería ser que Jesús hizo algunas declaraciones muy serias. ¿O fue simplemente que los fariseos malinterpretaron a Jesús y que Jesús nunca afirmó ser Dios?
Pero, si Jesús no afirmó ser Dios en Juan 8:58 y Juan 10:30, entonces, ¿qué provocó la ira de los fariseos en respuesta a ambos casos? ¿Qué frase de Jesús hizo que los judíos reaccionarán de esa forma y qué fue lo que “malinterpretaron” de las afirmaciones de Jesús al declararse a Sí mismo ser Dios?
La mejor explicación que podemos dar, es la de que los judíos quisieron matar a Jesús porque declaró ser igual a Dios. Y ellos, lo consideraron blasfemia. Los grupos no cristianos, así como los líderes religiosos impíos que se oponen a Jesús, niegan quién es realmente Jesús.
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