Cuándo usar tratados en el Evangelismo

Una forma efectiva para que los cristianos compartan su fe, es por medio del uso de tratados evangelísticos. Estos tratados tan efectivos, enfatizan: 1) La pecaminosidad del hombre. 2) Quién es Jesús. 3) La salvación por gracia por medio de la fe y sin obras. 4) La seguridad de que la salvación es un regalo. Los tratados son de ayuda en situaciones donde es difícil hablarle a una persona en profundidad acerca del Evangelio o cuando está teniendo una conversación y le gustaría dejarle a la persona alguna información con material de seguimiento.

Cuando no tiene el tiempo de entablar una conversación

Antes de tomar cualquier vuelo, trato siempre de orar para que Dios me envíe la persona correcta que se siente a mi lado. Curiosamente, en un viaje de negocios que hice en Julio de 2008 de Salt Lake a Las Vegas, me senté al lado de una madre e hija que acaba de perder a su abuela y su madre, lógicamente, acaba de perder a su madre. Se me ocurrió prestar atención a la conversación sostenida por ellas, y les escuché que estaba asistiendo a una iglesia Mormona, así que supuse, aunque sin seguridad, de que ellas eran mormonas.

Quería compartir con ellas el Evangelio, pero se encontraban llorando durante la mayor parte del viaje, así que no les podía decir cuán equivocado es el Mormonismo. Daba la impresión de que no querían hablar debido a la dificultad por la que atravesaban. Más bien, lo que hice fue darle unas palmadas en el hombre de la señora y decirle que estaría orando por ella y por su hija. Cuando terminó el viaje, les pregunté: “¿Puedo darles esto?” Y le entregué a cada una un tratado del Evangelio. Y continúe hablando: “Este dice acerca de cómo pueden estar seguras de que van al cielo. Espero que esto les anime.” Agradeciéndome, recibieron los tratados. Nunca he sabido lo que Dios quiere hacer con esas personas, pero oro para que Dios les abra los ojos al Evangelio.

Cuando quiera dejarle a una persona información con material de seguimiento

Los tratados son también efectivos cuando quiera dejarle a una persona, material de seguimiento. Algunas veces cuando comparte su fe, es difícil determinar si una persona es o no salva. Por ejemplo, en Noviembre de 2008, volaba hacia la Florida para asistir a una conferencia con Matt Slick. En el vuelo, me senté al lado de un hombre que me dijo que había sido católico, que todavía era religioso pero no en una religión institucional.

Brevemente le explique el evangelio, enfatizando que somos declarados justos (justificados) delante de Dios  por la sola fe, sin nuestras buenas obras. Estuvo de acuerdo con lo que le dije. Hubiera podido continuar un poco más preguntándole: “Si muere ahora mismo, ¿a dónde cree que irá?” Pero no sentí que era la oportunidad para hacer la pregunta así que le entregué un tratado del evangelio diciéndole: “¿Puedo darle esto? Habla acerca de las buenas nuevas de Cristo Jesús. Puede que ya haya escuchado esto antes, pero espero que sea una bendición para Ud.” Respondió: "Sí. Tal vez ya haya escuchado de esto, pero gracias." Coloqué la dirección de la página web de CARM en la parte de atrás del tratado y le di mi tarjeta de negocios. Pareció apreciarlo y tuvimos una conversación agradable.

Tipos de tratados que son efectivos

Personalmente, me gustan los tratados elaborados por Evan Tell. Estos dan una presentación clara y simple del mensaje del Evangelio que enfatizan nuestros cuatros puntos: 1) La pecaminosidad del hombre. 2) Quién es Jesús. 3) La salvación por gracia por medio de la fe y sin obras. 4) La seguridad de que la salvación es un regalo.

Tipos de tratados que no son efectivos

Desafortunadamente, algunos ministerios no presentan el Evangelio claramente en sus tratados. Más bien, les dicen a las personas que se arrepientan, crean en Jesús y obedezcan la Palabra de Dios. ¿Qué significa esto realmente? La mayoría de las personas en la calle no conoce el significado de la palabra “arrepentimiento”. Necesitamos enfatizar el cambio de mente y corazón hacia el pecado, pero no decirle al no creyente que él/ella debe primero limpiar sus vidas viniendo a Cristo para perdón. Esto puede llevar al no creyente a pensar que él/ella debe hacer buenas obras para poder ser salvo, algo que la Escritura no enseña (Ro 4:5; Ef 2:8-9).